lunes, 3 de enero de 2011

Galicia con encanto Combarro en Pontevedra Rias Baixas

El pueblo de Combarro es considerado uno de los “cascos vellos” más interesantes de Galicia y que merece la pena visitar en las Rías Baixas.Lo cierto es que el mar tiene calle propia...Combarro constituye hoy en día un inigualable ejemplo de arquitectura popular gallega y es considerado uno de los pueblos mejor conservados de Galicia, singular agrupamiento urbano, tan singular que fue declarado en 1972 Conjunto de interés artístico y pintoresco debido a su excepcional encanto. Es como si entraras en un pueblo mágico, genuino de la arquitectura popular gallega. Pueblo marinero en el cual parece que no han pasado los años, uno de los núcleos pesqueros más hermosos de la costa gallega.


El viajero puede contemplar como sus más de 30 hórreos se alinean sobre la base granítica que da forma a la costa y llegan hasta la orilla del mar. Es en la muralla que rodea el casco histórico donde se incrustan estos graneros de maíz, en Combarro ademas dada su singular mezcla de actividad agrícola y marinera se utilizan como secadero de boquerones, sardinas y otros pescados típicos de la Ría, de ahí la peculiaridad de estos hórreos construidos al borde del mar, a diferencia de los típicos hórreos gallegos construidos para guardar las cosechas de los agricultores.









 El turismo ha tranformado en parte este tranquilo pueblo marinero. Algunas de las viejas casas se han reconvertido en bares o restaurantes. Allí, junto a un horréo centenario, podrás comer el marisco más fresco que puedas imaginar. Sin duda, lo saborearás mejor en estas terrazas con vistas al mar.


Y tras recorrer todos los rincones de este bello pueblo, lo habitual es visitar el cercano monasterio de Poio, a unos 3 kilómetros de Combarro. Este monasterio reune todas las características del barroco gallego, con abundante filigrana ornamental, tanto en las fachadas como en los altares sin embargo, lo más singular es el monumental mosaico del camino de Santiago, realizado con miles de pequeñas piedras durante más de 70 años. Esta obra representa las tradiciones de la ruta Xacobea, así como los monumentos de las ciudades donde discurre esta ruta histórica.


 

viernes, 31 de diciembre de 2010

"The Suburbs", declarado mejor disco del año para Rolling Stone y presente en el Xacobeo 2010

Es el momento de hacer balance de lo mejor que nos ha dejado este 2010. Y en el olimpo de los discos, "The Suburbs", de Arcade Fire, ocupa un lugar destacado. El tercer trabajo de los de Montreal es el mejor álbum del año para Rolling Stone España, para los lectores de Jenesaispop y para el magacín Les Inrocks.
Además de por un puñado de buenos conciertos, 2010 será recordado por muchos como el año en el que Arcade Fire volvió a conquistarnos con su esperadísmo tercer disco, y el año en el que pudimos disfrutarlos en directo de la mano de MTV ante un Monte do Gozo en pleno éxtasis.
El año en que despegamos del suelo con Ready to Start y nos despertamos de un sueño con Wake Up. El año en que vimos, escuchamos, sentimos, bailamos, saltamos, vibramos y respiramos Arcade Fire.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Queimada

Ingredientes:
- Aguardiente de orujo de la Denominación I.G.P. ORUJO DE GALICIA.
- Azúcar.
- La corteza de un limón.
- Unos granos de café.

Preparación:
La queimada es la más tradicional bebida gallega. Toda fiesta que se precie tiene que terminar con una queimada. Es fundamental un buen aguardiente de orujo gallego o de El Bierzo (León).
El tiempo de estar quemando el aguardiente varía. Todo depende del grado de alcohol que uno quiera que quede. Aconsejamos unos 40 minutos.
En un recipiente de barro ponemos la corteza de un limón (sólo la piel, que no lleve lo blanco), los granos de café, el azúcar (125 gramos por litro de aguardiente) y el aguardiente de orujo. Ponemos un poco de azúcar en el cucharón (que tenga el mango largo para no quemarnos) y lo mojamos en el aguardiente; a continuación prendemos este aguardiente y lo incorporamos al resto del aguardiente. Removemos lentamente todo, procurando no tocar el fondo del recipiente.
Con el cucharón cogemos azúcar del fondo y escurrimos el aguardiente, dejando que se queme el azúcar. Se forma caramelo y le damos un color tostado a la queimada. Seguimos dando vueltas y quemando el alcohol. Cuanto más quememos el aguardiente más suave saldrá la queimada. Eso va al gusto del consumidor.
Cuando las llamas tengan un color azulado hacemos el “CONXURO”, sin dejar de dar vueltas. Para apagar el fuego o bien soplamos fuerte o tapamos el recipiente con una tapadera.
Se puede servir en un vaso pero lo correcto es servirlo en tazas pequeñas de barro.

Símbolos Jacobeos.

Los peregrinos recibieron a lo largo de la historia diferentes denominaciones relativas a los lugares de destino, así se conoció a los que viajaban a Roma como romeros, los que acudían a Jerusalen fueron denominados palmeros y aquellos que recorrían la ruta jacobea fueron llamados concheros o concheiros. Esta denominación deriva de uno de los principales símbolos que identificaron e identifican a estos peregrinos; la concha de la vieira.



En principio, la concha de vieira era recogida en las costas gallegas por los peregrinos y llevada de regreso a sus lugares de origen como prueba de la culminación de la peregrinación y recuerdo de la misma. Con el tiempo se generalizó el uso de este objeto como símbolo identificativo de los peregrinos jacobeos.
La versión más moderna de la concha de vieira, es el diseño de los españoles Macua y García Ramos que representa una esquemática concha de vieira amarilla sobre el fondo azul (colores de la Unión Europea) que aparece en paneles informativos, carreteras, autovías, puntos de información, etc.



Otros son también los símbolos tradicionalmente asociados a las peregrinaciones jacobeas. Representativos a este respecto son los bordones y las calabazas que tradicionalmente prestaron sus servicios como cantimploras.



Otro símbolo popular del Camino es la famosa flecha amarilla, con la que se indica el itinerario real, el que atraviesa pueblos, descampados, bosques y ríos. Esta flecha de color amarillo fue una iniciativa de uno de los personajes clave en el resurgimiento de las peregrinaciones jacobeas. Nos referimos al difunto padre Elías Valiña, experto peregrino y párroco de O Cebreiro, que comenzó a señalizar la ruta con este símbolo luego extendido por todo el recorrido.


 

viernes, 3 de diciembre de 2010

Invierno en el camino


Viento, frío, lluvia, nieve, temperaturas bajo cero… el invierno es una autentica prueba de titanes para aquellos que se atrevan a hacer el Camino. Por si fuera poco, las inclemencias del tiempo no son el único enemigo del peregrino, ya que también hay que tener en cuenta la soledad y la existencia de muchos albergues cerrados en estas fechas. Pero no todo es negativo, hay días soleados en los que caminar resulta más agradable que en ninguna otra época, no hay que pelearse por encontrar cama y los vecinos de los pueblos son más receptivos tras la avalancha de peregrinos del verano.

El frío de la meseta pasa factura, especialmente en las etapas castellanas. En verano es el calor; en invierno es el frío el que las hace duras. Los campos, que por estas alturas carecen de color porque no están sembrados aún, se cubren al amanecer con una fina capa de escarcha que los blanquea por unas horas.

La nieve hace acto de presencia a menudo, pero al margen de jornadas complicadas, no suele ser un impedimento para el caminante. Conviene, eso sí, informarse antes de salir, porque una tempestad en plena etapa puede resultar peligrosa.

En caso de que las alturas de Cebreiro estén nevadas, conviene tomar un desvío alternativo: el Camino del Invierno, una variante que comienza en Ponferrada y que, a través de las Médulas y la Ribeira Sacra, lleva hasta Arzúa, de nuevo en el Camino Francés.


Ya lo sabéis, peregrinos del invierno, mucho ánimo, buen equipamiento y pocas prisas.

 ¡Buen Camino, amigos!

Menú del Jubileo


Un menú con caldo de ollos, vieira y empanada de sardinas de tabal, de entrada; como plato principal, bacalao cecial con pisto de coliflor o gallo de pazo con berza y ostras en escabeche; de postre, filloas con miel, queso de O Cebreiro y castañas de Ourense. Apetecible, ¿verdad? Pues esta es la propuesta culinaria del Hostal Reyes Católicos de Compostela para conmemorar el Xacobeo. El menú está inspirado en la tradición gastronómica del Camino y se le ha dado el nombre de La Tabla del Jubileo. Su precio, entre 27 y 29,5 euros, incluidos el tradicional pan de molete y vinos del Ribeiro y del Ulla.

Esta propuesta gastronómica forma parte del programa “El arte breve de cocina”, desarrollado por los 93 paradores de turismo de España con la finalidad de ofrecer una degustación que mezcle la historia de cada región y sus tradiciones culinarias.

Para el menú del Hostal Reyes Católicos se han hecho estudios sobre la tradición culinaria del Camino y se han rescatado recetas gallegas de la época medieval, para ofrecer a los visitantes aquello que los antiguos peregrinos comían durante su recorrido.

La Tabla del Jubileo es fruto de un arduo trabajo de investigación y diseño. Para esta labor se ha recurrido al historiador Xavier Castro y al periodista gastronómico Miguel Vila, quienes han recuperado la tradición milenaria del Camino y la alimentación de los peregrinos, basada en la austeridad y el carácter religioso de la peregrinación, que obligaba a respetar la vigilia y el ayuno. Por eso se han incorporado productos como el caldo o el pescado, alimentos de la huerta gallega como las alubias, los grelos y la coliflor, y, como no podía ser de otra forma, el símbolo de los peregrinos, la vieira.

Degustar La Tabla del Jubileo es una excelente y sabrosa forma de recorrer la historia del Camino de Santiago en breves y sorprendentes bocados.